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el lenguaje corporal hombre seductor vale por dos

29.07.2012 19:25

el lenguaje corporal hombre seductor vale por dos




¿Qué es un lenguaje corporal poderoso?
¿Qué dice el lenguaje corporal sobre ti?
¿Qué crees que la gente “lee” de ti cuando entras en un espacio?

Intenta esto, la próxima vez que estás con personas (quizás ahora mismo lees esto en tu trabajo o en tu universidad) nota su lenguaje corporal, y piensa en qué impresión te dan esas personas.
Fíjate en aquellos que andan jorobados, que no están derechos sobre su espalda, fíjate en quienes llevan las manos en los bolsillos, en aquellos que están con los brazos cruzados.
¿Te parecen fuertes, confiados, motivados?
¿O quizá se ven tímidos, confundidos, a la defensiva?

Déjame decirte algo: los hombres con un lenguaje corporal fuerte y seguro son más atractivos que aquellos que no lo tienen.
 
Por favor… no me vengas con el cuento que lo importante es ser uno mismo. TIENES QUE SER LA MEJOR VERSIÓN POSIBLE DE TI MISMO.

Mírate en un espejo y analízate, en qué clase de lenguaje corporal tienes.
¿Caminas derecho?
¿Proyectas los hombros hacia atrás y sacas pecho?
¿Miras hacía el frente y no hacía el piso?
¿Tienes posturas cerradas, como brazos o piernas cruzadas?

Lo que intento decirte es que el lenguaje corporal es importante para la imagen que proyectas y para la idea mental que los demás se hacen de ti (en la categoría “demás” incluyo a las mujeres por supuesto, y también a tu jefe, tu vecino, el vendedor y hasta el perro que siempre te ladra).

Fíjate en los personajes famosos de televisión y cine: andan derechos, firmes, proyectan seguridad, miran directamente a los ojos.
Si tu caminas con poder, los otros asumirán que tienes poder interno, si los miras directamente a los ojos cuando hablas ellos pensarán que tienes algo importante que decirles.

Manejar el lenguaje corporal es crítico para tu éxito con las mujeres.
 
Si tu comunicas inseguridad (manos en los bolsillos),
timidez (manos atrás),
baja autoestima (caminar jorobado),
nervios (frotarse las manos, taparse la cara, bajar la mirada, hablar pasito),
ansiedad (jugar con objetos, romper papelitos, jugar con la servilleta), si comunicas estas cosas, créeme que huirán de ti.

Te dejo unos cuantos elementos para que trabajes en tu lenguaje corporal:

-Camina derecho. No te jorobes.

-Mira al frente, no mires al piso como si buscaras encontrarte un billete.
-Espalda hacia atrás (si la proyectas hacia adelante transmites timidez y miedo).
-Reduce la velocidad de los movimientos, hazlos lentos, calculados, pausados, esto proyectará un halo de misterio.
-Camina más despacio.
-Disminuye la velocidad del parpadeo.
-Baja un poco los párpados cuando estés a punto de decir algo importante.
-Gesticula con movimientos amplios de los brazos cuando hables.
-Inclínate adelante cuando digas algo importante, como si dijeras un secreto, luego regresa hacía atrás, muestras confianza.
-Evita cruzar piernas, brazos, reflejas desconfianza, prevención y que estás cerrado a la otra persona.
-Evita morderte los labios cuando hables, muestras ansiedad.
-No pongas las manos en los bolsillos, o por lo menos guarda una y habla con la otra.
-Juega con las cejas, levanta una, levántalas ambas y arruga la frente. Imprimes carácter.
-Ríete fuerte.
-Cuando saludes, aprieta la mano fírmemente, no la inclines.
 
-Habla más fuerte, más duro.

-Evita señalar con el dedo índice, señala con toda la palma de la mano.

-Desecha tics como frotarte la nariz, pasarte la mano por el cabello.

Con estos puntos, seguro empezarás a proyectar más personalidad, más confianza y más seguridad.
 
Se mucho más observador, fíjate en posturas y empieza a tomar conciencia de cómo afectan lo que piensas de los otros.
 
!y atencion por que ellas tambien hacen lo suyo!
 

Cómo Hablar Con Quien Sea De Lo Que Sea

29.07.2012 19:22

Cómo Hablar Con Quien Sea De Lo Que Sea

Usted puede encontrarse casualmente con un ex jefe u otro conocido y, casi siempre, lo único que necesitará es iniciar una conversación informal y ligera.

Sin embargo, las platicas de este tipo nos cuestan un trabajo enorme a muchos, y a veces hacemos el ridículo.

Si usted ha tratado de consolarse con la idea de que la conversación ligera no tiene importancia, piénselo bien.

La charla favorece la cordialidad, y trae consigo cosas más importantes, como amistades y empleos.

De hecho, quienes saben decir algo apropiado en el momento oportuno se ganan fama de afables, graciosos e interesantes. Aunque esta habilidad parece ser innata en algunos, también es posible adquirirla con la práctica.



 

Diez Secretos Que le Ayudarán A Hablar Con Quien Sea De Lo Que Sea:

 

1.- Silencie a su Critico Interior: En cierta película, los protagonistas se acaban de conocer y están deseosos de impresionar mutuamente.
Mientras conversan, van apareciendo en una pantalla unos subtítulos que expresan los temores que les acude a la mente: ¡Qué cosas digo!
¡Soy un verdadero pelmazo! ,
o Debe de creer que soy estúpida,
o Está percibiendo mi superficialidad.
Según la psicóloga clínica Judith Sills, esta severa acutocrítica es lo que con más frecuencia impide tener éxito con la conversación informal.
"Si usted se da cuenta de que no tiene nada que perder, que no tiene que probar nada, podrá relajarse y disipar su temor a ser juzgado, afirma la especialista.

 

2.- Comience Por Hablar De Lo Obvio: Si su vecina acaba de dar a luz, pregúntele cómo le está sentando la maternidad. Y si ascendieron al jede de su jefe, felicítelo y hágale preguntas sobre su nuevo puesto.
No es necesario ser ocurrente. Sólo dé muestras de que le gustaría conversar haciendo comentarios sobre los intereses de la otra persona o sobre cualquier cosa que tenga usted en común con ella.
Si no tienen nada en común, o si sólo se trata de matar el tiempo ( mientras se espera al ascensor o que un hijo salga de la escuela, por ejemplo), es del todo aceptable hablar del clima.
Pero, Qué hacer si su interlocutor le contesta de mala gana y con monosílabos?
A buen entrenador, pocas palabras.
"Eso significa que la persona quiere que la dejen en paz"; Pero no lo tome usted a pechoo.

 

3.- Haga Cumplidos... Con Moderación: Barbara Walters, reportera de televisión, le fue presentada al escritor Truman Capote en una fiesta que tuvo lugar poco después de haberse publicado el libro de este, In Cold Blood ("A Sangre Fría). Ella quería decirle cuánto admiraba la novela, pero temía que el escritor estuviera harto de alabanzas, de modo que se limitó a farfullar:
-Mucho gusto. A continuación dio media vuelta y se marchó.
Años después escribió: " Ahora tengo más edad y experiencia. He aprendido que los escritores casi nunca se cansan de que los elogien ni de que les hagan preguntas sinceras sobre su obra".
Tampoco la gente común y corriente se cansa de los elogios.
Si usted hace cumplidos acompañados de una pregunta fácil de contestar ( por ejemplo: ¡Me encanta el disfraz de su hija! Dónde lo consiguió? ), incluso la persona más modesta sabrá apreciarlos, si son francos.
 
Evite tocar temas escabrosos, como el aspecto físico de las personas. Los cometarios de este tipo pueden ofender y, lo que es peor, generalmente no hay respuestas apropiadas para ellos.

 

4.- Utilice Un Lenguaje Corporal Amistoso: La mejor manera de terminar una conversación antes de que empiece es cruzar los brazos, mover los ojos en todas direcciones y poner cara de pocos amigos.
Lo quiera o no lo quiera, la persona que se comporta así parecerá indiferente o reservada.
Es preferible hacer contacto visual con el interlocutor, expresar con el cuerpo una actitud abierta y sonreír.
"El lenguaje Corporal habla antes antes de que usted lo haga, señala Don Gabor, si transmite usted mensajes amistosos, recibirá mensajes amistosos".

 

5.- No Acapare La Conversación: Todos hemos tenido que aguantar a esos padres orgullosos que no dejan de hablar de sus hijos superdotados y no se molestan en preguntarnos por los nuestros, que para nosotros son igualmente especiales. La persona que tiene la palabra debe cederla en algún momento, preguntando, por ejemplo: " Y sus hijos Cómo están?". " Usted fascinará a los demás si los invita a hablar de sí mismos", dice Laurie Chock. Hágales preguntas y trate de descubrir sus intereses. Si no entiende de qué están hablando, dígalo. Sus muestras de interés los halagarán tanto, que no notarán si sus preguntas son agudas o no.

 

6.- Escuche: Supongamos que está usted en una comida al aire libre y un interlocutor aburrido lo tiene atrapado. Qué le conviene hacer? Escuche con atención y quizá descubra algún detalle de interés.
Hasta las persons aburridas tienen pasiones de las que uno puede aprender.

 

7.- Mantenga La Informalidad: Exprese su opinión, pero evite afirmaciones categóricas como "Yo tengo la razón" o "Se equivoca usted".
Atenué sus expresiones de desacuerdo anteponiéndoles un comentario como "Tal parece que en este punto no coincidimos".

 

8.- Reparta Su Tiempo Equitativamente: Si está usted en una cena y ya platicó diez minutos con el comensal de su izquierda, Le debe un tiempo equivalente a la invitada de su derecha?
Si ella se ve aburrida, es de elemental cortesía invitarla a participar en la conversación, aconseja Helen Gurley Brown. "Todos nos hemos visto en la incómoda situación de que no nos hagan caso", explica la experta. "Aun si usted quiere seguir platicando con alguien, debe mostrar consideración hacia la persona que está del otro lado.
Para ello yo le diría a mi primer interlocutor algo así como " Discúlpeme por haberlo acaparado. La persona que tiene usted del lado otro lado también tiene derecho de hablar con usted".

 

9.- Tenga Sentido Del Humor: Hasta las personas más amables y consideradas dicen a veces cosas estúpidas, ofensivas o insensatas. Si usted es víctima de un "humor" de este tipo, no le dé importancia. "Probablemente el ofensor no actúa con mala intención, sino de manera inconsciente", dice Don Gabor.

 

10.- Retírese: Si ya soportó usted bastante la descripción de una mujer sobre la renovación de su cocina, o si la conversación ha decaído, Cómo zafarse sin ser ofensivo? Espere una pausa y discúlpese diciendo que necesita un trago o que quiere saludar a alguien.
Cuanto más practique la plática informal, tanto mayor será su habilidad para saber lo que es apropiado. "Con mucha frecuencia, quienes evitan las pláticas informales creen que los demás son conservadores chispeantes", dice Judith Sills . "No son chispeantes, sino solamente comunicativos". Y usted también puede serlo.

 

Primer blog Delfines y Tiburones

27.05.2012 20:25

Hoy hemos lanzado nuestro nuevo blog. ¡Sigue atento! Te mantendremos informado. Puedes leer los nuevos mensajes de este blog a través del feed RSS.

 

Delfines y Tiburones

 

¿En qué nos parecemos los seres humanos a los delfines? ¿Qué podemos aprender de ellos para ser más efectivos? ¿Cómo actúan los tiburones? ¿Cómo podemos usar la metáfora de los tiburones para identificar conductas que deberíamos evitar? Veamos cómo podemos aprender a ser “delfines” en un mar de “tiburones”. Otro factor clave del éxito.

 Desde la antigüedad, los delfines han sido símbolos de espiritualidad, afecto, felicidad y excelencia. Los griegos les llamaban “ángeles de los mares”. Actualmente, los delfines se han convertido en símbolo de sinergia, agilidad e inteligencia.

 Al igual que los seres humanos, los delfines son mamíferos. Cuando nace un bebé delfín, toda la manada apoya a la madre y al recién nacido. Les admiramos por su velocidad y agilidad; pero, más que nada, por su gracia y elegancia. Sorprende el espíritu de equipo que muestran en muchas de sus actividades; qué decir de su extraordinario sistema de comunicación y percepción.

 En cambio, los grandes tiburones blancos son muy diferentes. Poseen un diseño aerodinámico casi perfecto, pero su conducta social es agresiva e individualista. Incluso atacan ciegamente y devoran a los de su misma especie. Necesitan estar en permanente movimiento para no hundirse, pues no poseen vejiga natatoria que les dé estabilidad. Son solitarios e inspiran miedo.

 Sin pasar por alto las debilidades que pudieran tener los delfines o las fortalezas de los tiburones, usamos esta metáfora para asociar el comportamiento de la persona competitiva, cooperativa y productiva con el delfín. Con el tiburón asociamos el comportamiento de la persona negativa, hostil y egoísta que afecta a los grupos sociales, equipos de trabajo y ambientes en los cuales se desenvuelve y trabaja.

 En esta metáfora, un “tiburón” es alguien cuyo comportamiento es arrogante, violento, territorial, egoísta, conformista, corrupto, temeroso, despilfarrador y desequilibrado y hasta sanguinario.

 Por el contrario, un “delfín” es alguien cuyo comportamiento muestra velocidad efectiva, creatividad innovadora, enfoque energético, esfuerzo constante, alegría vibrante, ética consistente, empatía, negociación ganadora, cooperación sinergética, armonía inspiradora y logros trascendentes.

 Ante esto podríamos decir con ligereza “¡Qué va! No podemos ser perfectos”. Con esta propuesta no pretendo sugerir que todos debemos sobresalir en todas estas conductas idealizadas. Pero sí quiero decir que todos debemos hacer el esfuerzo para lograrlo en nuestras actividades cotidianas. En su libro Ilusiones, Richard Bach escribió: “Justifica tus limitaciones y te quedarás con ellas.” Al contrario, debemos atrevernos a mirar más allá de nuestras limitaciones.

 Para ser un “delfín”, alguien a quien las personas admiran, aman y buscan como pareja, socio, líder o amigo, es preciso que tengamos humildad y coraje: humildad para reconocer cuánto de “tiburón” mostramos en nuestro comportamiento; coraje para tomar la decisión de cambiar y mejorar practicando nuevos comportamientos, pensando. Eso sí, en buscar llegar a ser “delfín”.

 Los cuatro acuerdos

 Quiero que olviden todo lo que han aprendido en su vida entera. Éste es el principio de un nuevo entendimiento ..-- Miguel Ruiz

Deben estar dispuestos a romper paradigmas… -- Fernando Sánchez Arias

 ¿Podemos mejorar nuestra interacción con los demás si cambiamos nuestra forma de pensar? ¿Cómo podemos poner en práctica la sabiduría innata en nuestra realidad de vida? Examinemos estos cuatro “acuerdos” y aprendamos cuatro medidas que podemos tomar para encontrar el éxito en nuestra vida.

 En su libro The Four Agreements, basado en su profundo conocimiento sobre la sabiduría tolteca mexicana, Miguel Ruiz nos presenta la forma en que vivimos y los acuerdos o principios que hemos aprendido de nuestros padres, maestros, parientes y figuras influyentes a través de los años.

 Ruiz nos invita a evaluar los acuerdos, creencias y paradigmas que rigen nuestra forma de pensar, sentir y actuar en nuestra vida diaria. Acepté su invitación, y examiné mis creencias. Este ejercicio me ayudó a ver cómo algunas de mis creencias me habían hecho sufrir innecesariamente, mientras que otras me habían hecho inmensamente feliz y me habían causado gran satisfacción en el plano personal y profesional.

 El autor nos exhorta a evaluar nuestras creencias detenidamente y con honestidad, y luego incorporar a nuestra vida cuatro preceptos o “acuerdos” – como los llama. Estos “acuerdos” son compromisos para actuar, los cuales nos ayudan a vivir en una atmósfera de armonía y eficacia. Éstos son los cuatro acuerdos:

 1. Sé impecable con las palabras:

 El prefijo "im" significa “sin”, y “pecatus” es la palabra latina para “pecado”. Por lo tanto, “impecable” significa “sin pecado”. Pero no se refiere al pecado en el sentido religioso o moral. Es el pecado que cometemos cuando nos saboteamos y perjudicamos diciendo cosas negativas a los demás, atacando a los demás, o atacándonos a nosotros mismos. De acuerdo con Ruiz, hechizamos negativamente a los demás y nos hechizamos con nuestras palabras.

 Podemos crear hechizos buenos y hechizos malos. En este acuerdo, reestructuramos nuestro sistema conversacional, comenzando por vigilar lo que decimos, cuándo lo decimos y cómo lo decimos. Ser impecable con tus palabras significa “lanzar hechizos buenos” y hablar bien sobre los demás y sobre nosotros mismos, comprometiéndonos a no juzgar a nadie.

 2. No te ofendas o tomes las cosas de un modo personal

 Todos vivimos en nuestra propia mentalidad, nuestras propias dimensiones y nuestra forma muy particular de percibir la realidad que nos rodea. El hecho de ofendernos por lo que otros dicen o hacen y suponer que actúan en contra nuestra tiene su origen en la forma egocéntrica en que nos criaron. Es egocéntrica porque se basa en la creencia de que el mundo gira en torno a nosotros.

Cualquier acción que provenga de otros es una proyección de su propia realidad, no de lo que queremos que sea nuestro pasado y presente. Cuando no tomamos lo que nos sucede como un agravio personal, podemos disfrutar de la armonía.

 

3. No hagas suposiciones

De acuerdo con Ruiz, sólo vemos lo que queremos ver y escuchamos lo que queremos escuchar. Muchas veces no percibimos las cosas como son. Cuando suponemos algo, caemos en una enorme trampa: creer que nuestras suposiciones son ciertas. Y cuando otros no aceptan la “verdad”, nos enojamos y creamos un ambiente miserable a nuestro alrededor.

Ruiz dice que las personas raras veces hacen preguntas para encontrar la verdad. Simplemente dan por sentado o presumen que algo es cierto. Defienden lo que suponen y tratan de demostrar que los demás están equivocados. Para evitar hacer suposiciones, debemos preguntar, aclarar y confirmar lo que hemos escuchado o percibido.

 

4. Siempre da lo mejor de ti

Ruiz nos enseña que tenemos que tener en cuenta que nuestro nivel de energía es variable y que lo mejor que podemos dar de nosotros un día no es igual que en otro día. Pero lo más importante no es sólo entender este flujo de energía, sino aceptarlo con humildad.

El cuarto acuerdo cuestiona incisivamente el esfuerzo excesivo de los adictos al trabajo, como yo. Es esencial que nos preguntemos: ¿Cuál será el costo y cómo se afectará la productividad cuando hacemos un esfuerzo ilimitado? ¿Cuánto disfrute nos perdemos cuando trabajamos en exceso?

Dar lo mejor de nosotros requiere que nos sintamos felices al hacer lo que hacemos. Es difícil exhibir nuestro mejor desempeño al hacer algo sólo porque pensamos que debemos hacerlo. Cuando encontramos el trabajo o la tarea que verdaderamente nos hace feliz, podemos destacarnos en esa área y dar en realidad lo mejor de nosotros.

 

Haz un compromiso

Para cumplir con estos cuatro acuerdos, tenemos que comprometernos a seguirlos. Ruiz dice que estos acuerdos son tan fáciles que hasta un niño puede entenderlos rápidamente, pero su aplicación requiere la acción diaria de un guerrero. Si tu desempeño está por debajo de lo esperado, es esencial que tengas el valor de levantarte y tratar de nuevo.

 

No será fácil, porque todos cargamos un historial de hábitos y creencias que suelen hacernos caer en la trampa. Sin embargo, no tenemos que olvidar todo lo que hemos aprendido. La felicidad y el éxito en nuestra vida personal y profesional depende de deshacernos de lo que no nos funciona y aprender a aplicar conceptos como estos cuatro acuerdos, que nos motivan a mejorar como personas y a mejorar nuestras relaciones con los que nos rodean.

 

Desarrolla tu marca personal

¿Cómo podemos destacarnos y sobresalir entre nuestros competidores, enfocarnos en nuestras habilidades y tener una influencia positiva en nuestros objetivos? La respuesta radica en el concepto de la creación de una Marca Personal, una manera profesional y efectiva de presentarnos ante los demás, lo cual es otro factor vital para alcanzar el éxito.

En esta época tan competitiva, las personas se esfuerzan constantemente por mejorar y mantener al día su preparación en todos los campos. Por lo tanto, tienes que mercadearte adecuadamente para obtener un nuevo contrato, o ese empleo o ascenso al que tanto aspiras. Tu conocimiento, experiencia y habilidades son esenciales, pero también tienes que exponerlos de la mejor manera posible. Puedes hacerlo desarrollando tu marca o identidad personal, una marca que te distinga de todos los demás.

Atrévete a ser tú

Una marca personal no es otra cosa que la proyección pública de tu personalidad y tus destrezas. Para desarrollar una marca personal exitosa, tienes que atreverte a diseñarla de acuerdo a cómo quieres que te vea el mundo, en lugar de lo que crees que otras personas piensan de ti.

Tienes el poder de influir en las personas para que te vean exactamente como deseas que te perciban. Para ello, define primero quién eres – tus fortalezas, tus valores, tus metas y tu personalidad – y presenta estas características de forma persuasiva y convincente.

Atrévete a expresarte de acuerdo con tus propios valores, fortalezas y rasgos únicos. Crea un concepto magnífico sobre quién eres y preséntaselo al círculo de personas y organizaciones con las que interactúas.

Una buena imagen no es suficiente

Establecer una marca personal no sólo significa tener una buena imagen. Es demostrar satisfactoriamente cómo puedes contribuir como miembro de un equipo. Ya sea en el trabajo o en otro lugar, es necesario dedicar tiempo y talento para diseñar una propuesta sobre lo que tienes para ofrecer, junto con la habilidad para cumplirlo.

Una vez que hayas decidido qué es lo que puedes ofrecer —tu experiencia, tus habilidades y tus puntos fuertes— debes establecer y definir tus metas de la forma más clara posible, así como las estrategias que implementarás para darte a conocer.

Si tienes una visión clara de lo que quieres alcanzar en tu vida profesional, diseñar tu marca personal te dará el empuje que necesitas para alcanzar el éxito. Pero también debes cumplir lo que prometes.

 

Las Ocho Leyes para la Creación de una Marca Personal:

 

Para destacarte en cualquier mercado, Peter Montoya, autor de The Brand called You, recomienda poner en práctica las siguientes ideas, conocidas como las Ocho Leyes para la Creación de una Marca Personal.

1. Especialización: Desarrolla una marca personal que sea precisa y que se enfoque en una sola fortaleza vital. Traza un plan para desarrollar tus habilidades, actitudes y destrezas a la vez que te concentras en un servicio o producto único que puedes ofrecer.

2. Liderazgo: Asegúrate de que tu marca personal tenga autoridad y credibilidad. Ambas cosas son necesarias para alcanzar la excelencia y una posición de renombre en el mercado.

3. Personalidad: Construye tu marca personal usando como base tus verdaderas características personales. Aspira a ser lo mejor que puedas ser, no a ser perfecto.

4. Distinción: Expresa tu marca personal de manera que sea diferente de la competencia. Haz que tu mensaje sea tan distinto que se note y sea recordado.

5. Visibilidad: Haz que tú marca personal sea tan visible como sea posible. Los clientes eligen productos y servicios que conocen porque los han visto o han escuchado sobre ellos.

6. Concordancia: Tu conducta privada debe concordar con tu marca personal.

7. Persistencia: Crear tu marca personal puede tomar tiempo, de manera que ten paciencia y toma medidas para desarrollarla.

8. Buena voluntad: Establece beneficios mutuos y colectivos como los valores principales en los que se basan las acciones relacionadas con tu marca personal. Alcanzarás mejores resultados para ti y para los que te rodean.

Construir tu marca personal es un reto, pero es posible y necesario. Es importante ser creativo y tener una actitud proactiva, así como saber distinguir entre tu imagen personal y tu marca personal. Recuerda que tu marca personal va más allá de elementos superficiales. Es una oportunidad excelente de aumentar tu potencial y el reconocimiento que recibes en tu comunidad y en el mundo.

 

Logra el Equilibrio

¿Cómo puedes tener éxito en tu trabajo sin sacrificar tu vida personal? ¿Es posible mantener el equilibrio, tan deseado, entre lo personal y lo profesional? ¿Cómo se logra el equilibrio entre la vida familiar y el trabajo? Lograr el equilibrio entre lo personal y profesional es otro factor clave para el éxito.

En épocas de crisis; cuando el tiempo aprieta; cuando se nos exige mayor dedicación a nuestro trabajo; cuando es más feroz la competencia por un contrato, por una promoción o por un aumento de sueldo; entonces, nos enfocamos más en las tareas y menos en el proceso. Ahí es cuando comenzamos a sentir los múltiples efectos del desequilibrio.

Este desequilibrio afecta tanto a nuestro cuerpo como a nuestras relaciones. Nos enfermamos, tenemos dolores de cabeza, trastornos estomacales y alteraciones en la piel. La familia demanda que compartamos más nuestro tiempo. Los amigos reclaman más nuestra presencia. Todo esto puede crear un sentimiento de culpa que afecta a las demás dimensiones de nuestra vida.

 

Busca el equilibrio

Todos los seres humanos vivimos una paradoja cuando debemos buscar el equilibrio en un ambiente donde lo natural es perderlo. Los cambios en los horarios de trabajo, los avances tecnológicos, la crisis económica, la globalización, los retos sociales y las transformaciones ambientales, han trastrocado el equilibrio natural del ser humano.

Sin embargo, ante este mismo entorno, hay personas que saben equilibrar su cuerpo, su mente y sus emociones, al tiempo que contribuyen para que lo mismo ocurra con su familia, vecinos y semejantes. Emplean su tiempo de modo que trabajan con eficiencia, hacen deporte, socializan y mantienen un buen ritmo de actividades personales y colectivas.

Todos necesitamos el equilibrio interior entre las demandas personales (ser más inteligentes, manejar mejor las emociones, ser más saludables y más espirituales) y las demandas sociales (ser buen padre y esposo, buen profesional, buen amigo y ciudadano), para ser totalmente eficaces.

Recupera el equilibrio

 Para lograr el equilibrio en el día a día, los expertos recomiendan ciertas acciones sencillas pero poderosas:

Para tu equilibrio personal:

 1. Lee durante 15 minutos antes de acostarte.

 2. Inicia una rutina de 15 minutos de respiración consciente al levantarte.

 3. Come más frutas y vegetales pero menos frituras, azúcares y harinas.

 4. Bebe más agua y jugos pero menos café y alcohol.

 5. Ora y agradece al levantarte, da gracias en la mesa y, también, al acostarte.

 6. Diariamente realiza algún tipo de ejercicio.

7. Lleva un diario de tus actividades y cumple lo planeado.

 

Para tu equilibrio social:

1. Usa un planificador u organizador personal para organizar tu tiempo durante la semana. Aprende a resolver primero lo primero.

2. Asigna el tiempo, proporcionalmente, a las diferentes áreas de tu vida. Atiende al área que tiendes a relegar.

3. Enfócate en trabajar mejor, no en trabajar más.

4. Evita el síndrome del héroe. Pide ayuda a tu gente.

5. Sorprende a tu familia y amigos con actividades inesperadas.

6. Desconéctate. Apaga tu celular y la televisión. Obséquiate tiempo de calidad.

7. Comienza un voluntariado de una hora a la semana.

Lograr el equilibrio total es un desafío, pero es posible y necesario. Si somos creativos y efectivos, y pedimos ayuda, podremos combinar acciones de equilibrio personal, como podría ser el ejercicio, con acciones de balance social como compartir más tiempo con los hijos. Esto nos hará personas más saludables, productivas, dinámicas y felices.

 

 Muchas gotas forman un océano.....

Diego Marcelo Rubio

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